La prórroga de los ERTE (COVID-19)

El Gobierno ha propuesto a los agentes sociales prorrogar los ERTE por fuerza mayor más allá del estado de alarma, concretamente hasta el fin de la FASE 3, en el inicio de la nueva etapa de normalidad, algo que ocurrirá aproximadamente a finales de junio.

Una vez superada esta etapa del calendario, el Ejecutivo propone prórrogas adicionales de este tipo de ERTE para determinados sectores que se demuestren como los más afectados en el retraso de la vuelta a la actividad económica. Asimismo, el plan gubernamental incluye facilitar el paso de ERTE de fuerza mayor (que requieren autorización administrativa) a ERTE por causas productivas, que debe negociarse con los trabajadores y sus representantes. En este caso, durante el tiempo que dure la negociación, los trabajadores seguirán protegidos por las medidas del ERTE.

También, para que no haya lagunas de protección, el Gobierno propone mantener el cobro del desempleo por parte de los trabajadores que no han generado el derecho para ello y el suspenso en el consumo de los derechos del seguro de paro durante el tiempo que dure el ERTE (lo que se llama contador a cero, porque no se gasta prestación por desempleo). Más polémica puede ser la intención del Ejecutivo de mantener la prohibición de despedir a los trabajadores incluidos en el ERTE durante los seis meses posteriores a su término, algo que una parte de los sectores afectados, como la hostelería y el turismo, rechazan de plano.

Otro de los beneficios que mantiene la propuesta del Ejecutivo es que las empresas sigan exentas del pago del 100% de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social en el caso de las compañías con menos de 50 trabajadores, y la exención del 75% en las que tienen una plantilla mayor a esa.

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